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18 Más bien, Dios los hizo dar un rodeo por el camino del desierto del Mar Rojo.

De Egipto, los hijos de Israel salieron armados. 19 Moisés, por su parte, se llevó los huesos de José, pues él había hecho que los hijos de Israel se comprometieran con él cuando les dijo: «Ciertamente Dios vendrá a visitarlos. Cuando eso sea, ustedes se llevarán de aquí mis huesos.»(A)

20 Los israelitas partieron de Sucot y acamparon en Etam, que es donde comienza el desierto.

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